“La gente no lo entiende, somos incomparables”
La frase
anterior pertenece a uno de los cantos más recientes de la barra Libres y
Lokos. Ayer que me tocó ver esta foto en las redes sociales y la
relacioné inmediatamente con esa parte. Viajar en camión más de 40 horas
y 2500 kilómetros para ver al equipo de tus amores no es algo que se de
todos los días. La verdad que mis respetos para estos aficionados que
hicieron el viaje de esta forma. A pesar del resultado, es una
experiencia que recordarán para siempre.
Muchos podrán criticar
y decir cualquier cantidad de cosas; a mi me queda claro que como la
afición felina no hay otra en todo México. El sentido de pertenencia, de
formar parte de algo grande. Personas de distintas edades, de distintos
barrios; pero todos unidos por el mismo sentimiento.
No solo
se trata de llenar el estadio cada 15 días o de comprar la camisa de tu
jugador favorito. El cariño por los colores va más allá de eso. La forma
en que se identifica la gente con este equipo es poco común.
Los que ven de fuera esta situación no se explican como un equipo que
tiene 29 años sin salir campeón y con un descenso incluido, es capaz de
tener una conexión tan grande con su gente. Cada derrota, cada mal
momento han fortalecido cada vez más a la afición. Como dice la frase:
“Lo que no mata, te hace más fuerte”.
La ilusión de ganar algo
importante sigue intacta. Se tiene equipo para pensar en grande, pero no
sin antes recordar que se debe ir paso a paso. Aprender de los errores
del pasado y corregirlos.
No sé si sea la mejor afición, eso es
algo muy subjetivo y cada quien pone sus criterios para establecer su
respuesta. Lo que si sé, es como dice la canción al final: “como la
hinchada de Tigres no hay otra”
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